Pizarra, se avecinan vientos fuertes, frescos y fa

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Pizarra de techar, buenas noticias para el sector. 

El ciclo económico que estamos viviendo y que ataca de frente a la construcción podría llevarnos  al pesimismo más extremo  a la hora de pensar en el futuro de algunos materiales de construcción.  La pizarra desde siempre se encuentra en las primeras filas como material de cubiertas. Aglutina la industria pizarrera un amplio sector  que da vida económica a muchas familias.  Ha ido sufriendo en el tiempo sus altibajos incluso mermas de confianza, entre algunos facultativos.  En nuestro mercado nacional, se empleó en  obras   relevantes, significativas y singulares,  igualmente en edificaciones particulares repartidas por toda la geografía. Se bien asociaba la cubierta de pizarra con lo más distinguido y duradero.

En pleno auge de la construcción, otros materiales por novedosos o no tanto  compitieron con fuerza y han ido ganado terreno, el empleo de la pizarra fue decayendo  y dejando ese lugar que tras muchos años había  ganando.  La mayoría de las obras faraónicas que se han  realizando, ya nacieron sin la opción de poder ser protegidas con pizarra. Los facultativos ni la contemplaban.  Lo mismo pasó con el resto de edificaciones. Quiero recordar una época en la que incluso los instaladores presumían, presumían de ser colocadores de pizarra, eran conscientes de que su trabajo formaba parte de la vistosidad de muchas edificaciones. Recuerdo algunos estímulos reconfortantes  con los que en los calurosos días de  verano o en los insoportables de invierno, el oficial de oficio empírico nos cautivaba. Solían decir que teníamos que estar orgullosos, pues de nuestro trabajo disfrutaría muchísima gente y algún día diríamos con orgullo a nuestros descendientes que teníamos obras por toda España.

Remontándonos en los tiempos, he conocido a  unos empresarios (Ceferino Fernández, Aureliano Fernández) Recuero que el primero me decía: “tenemos que ser capaces de demostrar lo buenos que somos, la pizarra se defiende sola”. El segundo, un día de mucho frio estábamos asando unas viandas sobre una pizarra, y al vernos su impulso fue fulminante,  “VOSOTROS SABEIS LO QUE CUESTA HACER UNA PIZARRA” “UTILIZANDOLA DE PARRILLA NO LA VERÁ NADIE, PUESTA EN EL TEJADO SE VERÁ SIEMPRE, LA ESTAIS MATANDO”   Junto con otros socios se anticiparon a esto que ahora llega, crearon su propia empresa de instalación sin ánimo de lucro directo,  únicamente perseguían   demostrar  que la pizarra bien instalada con cariño, con esmero,  era lo que aún hoy es. En la actualidad se pueden contemplar muchas de sus obras. Fue quizá la mejor época, éramos demandados por los más prestigioso arquitectos.  Aquellos arriesgados fabricantes de pizarra no  tenían amplios conocimientos de instalación,  solo buscaban asegurarse de que la pizarra se instalase de forma que garantizase  durabilidad y atractivos, estimulaban a los montadores a base de cariño y muchas dosis de ánimo, pues eran personas desplazadas a muchos kilómetros de sus casas sin más familia que sus propios compañeros y con el único entusiasmo de conseguir obras que fuesen difíciles de igualar, así se fue formando la gran familia de instaladores y así se vivieron las mejores épocas.

Resulta curioso  que en el momento actual que vivimos,  se empiece a notar más  interés  por la pizarra que por otros materiales de cobertura, vuelve a ser opción. Sorprende que Universidades de prestigio incluyan la materia instalación de cubiertas en sus temarios de postgrado, no  se había dado esto con anterioridad. Es necesario que los facultativos  conozcan a fondo el empleo de este noble  material,  que  ofrece las mínimas dudas  como tal, ellos van más lejos, quieren conocer de primera mano como se instala la pizarra en sus diferentes facetas. Siempre se echo de menos que la materia cubiertas de pizarra, no formase parte de una asignatura más en las escuelas de Arquitectura. Como decía mi maestro  “la pizarra se defiende sola” Los temarios van orientados a conocer de primera mano aquello que el facultativo tiene que saber para proyectar sus obras y cubrirlas con pizarra, dirigiéndolas el mismo, SÍ,  DESPUÉS DE TANTOS AÑOS BIEN SE MERECE LA PIZARRA ESE RECONOCIEMIENTO, QUE SEA SUPERVISADA DIRECTAMENTE POR EL PRÓPIO AUTOR DE LA OBRA.

La noticia no puede ser más optimista y alentadora para todo  el sector de la pizarra,   tendría que vestirse de gala.  El hecho de que esta materia llegue de lleno a la primera línea de nuestras universidades lleva consigo a que nuestros licenciados reconozcan el material como la mejor opción y lo promocionen en sus proyectos por el mundo.

Todos los grandes proyectos se inician por una ínfima idea, en este caso confiemos en que nuestros representantes de ciencia salgan bien formados en lo que nos concierne, para ello haremos todo lo posible y les haremos partícipes de nuestros mejores conocimientos. Seguro que pronto empezaremos a disfrutar del frescor de estos vientos que se nos avecinan.

 

Fuente: 4uPress, 4 de febrero de 2014, escrito por Manuel Álvarez Sández

 

 

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