Con su inconfundible silueta, la Narrow House (casa estrecha, en inglés) atrae todas las miradas de vecinos y curiosos que pasean por esta zona de la ciudad francesa de Le Havre, en Normandía. Tiene poco más de 1 metro de ancho y muchos se preguntan quién es la persona (o familia) que vive dentro…
La respuesta es todos y ninguno. Esta vivienda (en cursiva, claro) se trata de una instalación artísticas, construida originalmente en el año 2010, y cuyas medidas son sorprendentes cuanto menos: 7 metros de alto x 1,3 metros de ancho x 16 metros de profundidad. El asunto es que la reflexión que plantea nos atañe a todos: su responsable es el irónico e irreverente artista Erwin Wurm, máximo exponente del arte austríaco contemporáneo, que busca que reflexionemos sobre los excesos de Occidente. Vivimos en espacios cada vez más reducidos y caros, sin importarnos cómo esas (reducidas) dimensiones afectarán a nuestra vida.
Narrow House tiene una inconfundible silueta y caminar por su interior es, sin duda, una experiencia desorientadora: los objetos y el mobiliario están aplastados, rozando la irrealidad.
A medida que avanzas por el interior de la casa más estrecha del mundo, las estancias se suceden hasta que finalmente impiden el acceso, en un recurso espacial que acentúa la sensación de claustrofobia y empuja al visitante a buscar alivio hacia la puerta de salida. Pegadas en las paredes, una serie de fotografías desconciertan aún más. Narrow House es una metáfora: un espacio reducido de la vida cotidiana condiciona la existencia de todo ser humano.
El humor y lo lúdico son los ingredientes clave en la obra Wurm, nacido en 1953 en una pequeña ciudad de Austria, y la casa más estrecha del mundo no es una excepción. «En mi opinión, el juego tiene una gran fuerza, un verdadero poder subversivo», afirma Wurm. “El humor y el juego permiten plantear muchas preguntas, transmitir ideas sin ser ni ofensivos ni doctrinales”, añade. Sus más de 100.000 seguidores en Instagram lo saben muy bien.
Existen otras maquetas de esta típica casa suburbana de los años 60, un recuerdo de la casa de los padres del artista en Austria, pero la única que se expone permanentemente al aire libre es la que hemos visitado, que se encuentra en la plaza Claude Érignac de Le Havre, en Normandía. La casa original se construyó a finales de los años 60, y Wurm vivió allí durante unos años. Esta instalación también habla sobre esa época de los 50 y los 60, cuando había una sociedad muy restrictiva que, poco a poco, fue dando paso a más libertad.
Paradójicamente, esta «casa inhabitable» de Wurm también hunde sus raíces en el famoso Cabanon, de Le Corbusier. Una cabaña de madera, de 14 metros cuadrados, construida en 1951 por el arquitecto para el cumpleaños de su esposa Yvonne; una diminuta machine à habiter en la que todo se reduce a lo esencial.
Aunque Narrow House no respeta ni tiene en cuenta los dictados lecorbusianos; al contrario, los desprecia, suscitando la carcajada.
Si te interesa descubrir otras inteligentes obras de este artista, recomendamos la engorrosa ligereza de Coche gordo (2001) o la metáfora alienante de Inconcebible (2007). También, el amenazador intrusismo antropomórfico de Fat House (2017), o Big Kiss (2015), obra en la que dos salchichas se abrazan envueltas en una pasión irrefrenable.
Aunque nuestras preferidas son las One minute sculptures (esculturas de un minuto), proyecto en el que reflexionó, con sentido del humor e ironía, sobre el concepto de escultura.
Fuente: AD
Autor: AD Italia
Fotografía: © Cortesía de Studio Erwin Wurm