Su plantilla, de unos cien empleados, lleva casi cuatro meses sin cobrar. Si no aparece un comprador, la empresa tendrá que echar el cierre.
Apenas un 5% de los acreedores ordinarios de Pizarras Villar del Rey apoyaron ayer la propuesta de convenio formulada por esta empresa, una de las punteras en el sector extremeño de la piedra ornamental desde hace décadas y que actualmente da trabajo a cerca de un centenar de empleados. Ahora, tras no lograr el apoyo de los acreedores durante la junta celebrada ayer por la mañana en Badajoz, la empresa se ve abocada a su liquidación. Unicamente si aparece un comprador podrá mantenerse su actividad y puestos de trabajo. De lo contrario, habrá que vender sus bienes y proceder al cierre definitivo.
Según explicó Mateo Guerra, Secretario general de la Federación de la Construcción, Maderas y Afines de CCOO de Extremadura, la plantilla de esta empresa acumula ya casi cuatro meses sin cobrar las nóminas. Guerra señaló, además, que el problema de Pizarras Villar del Rey no ha sido la ausencia de clientes –"todo lo que produce lo vende", afirmó– sino la "falta de tecnología y maquinaria en la extracción". En este sentido, indicó que de los en torno a siete millones de euros de deuda ordinaria que tiene contraídos, alrededor de tres corresponden a la empresa de la que dependen estos trabajos. El plan de pago incluía dos años de carencia y ocho para abonar la deuda. Hace dos años y medio Pizarras Villar del Rey ya tuvo que despedir a una treintena de trabajadores.
CASI TRES DECADAS Pizarras Villar del Rey nació en 1983 en una de las explotaciones mineras más antiguas de Europa, aprovechadas ya durante la época romana. Desde sus inicios la empresa orientó su actividad a la exportación, que ha venido concentrando un 90% de su producción total, que alcanzó las 30.000 toneladas anuales. Su artículo estrella son las tejas, aunque también elabora baldosas, mampostería o productos de diseño.
Buena parte de sus envíos al exterior han ido a parar al mercado británico, si bien entre sus destinos ha habido otros tan lejanos como Australia, Nueva Zelanda o Japón. Llegó a tener cerca de doscientos empleados y una facturación de unos ocho millones de euros.
Fuente: La Crónica de Badajoz, 24/04/2012