En la producción de pizarra aparentemente nada es fácil. Ni sondear la cantera para saber qué parte ofrecerá los mejores bloques, ni extraerlos, ni transportarlos, ni mucho menos exfoliarlos para su aprovechamiento total.
Por eso, en España, que es el primer exportador del mundo en pizarra, las empresas que trabajan con esta piedra natural, casi todas radicadas en Galicia, se dedican casi exclusivamente a la producción de pizarra para cubiertas.
En Segovia, la empresa JBernardos, propietaria de dos canteras que suman 78 hectáreas en el término de Bernardos, destaca como líder del mercado natural de la piedra en nuestro país, por los usos múltiples que ha logrado para el producto. Esta mediana empresa de entidad familiar, fundada en los 80, con dos fábricas en Bernardos y un Centro logístico en Villanueva del Pardillo, emplea un centenar de trabajadores y acaba de adquirir otra marca segoviana de pizarras, arrasada por la crisis.
La pizarra de los Bernardos cubre desde los tejados del Palacio Real a edificios de EEUU y los Alpes de Suiza y Francia
Su tecnología de máxima precisión, con cortadoras de disco gigante y dientes de diamante, les permite tratar la pizarra como si no fuese de alta densidad, elevado peso, ni registrase los coeficientes de exfoliación que definen el material como altamente dificultoso. Además, una tecnología novedosa, a base de máquinas centrifugadoras de bloques de pizarra que son envejecidos de forma artificial, y pulidoras con cepillos transformados, permite obtener diversos acabados de la piedra.
Si una máquina circular de envejecimiento, apta solo para bloques de 60 por 40 es capaz de añadir 200 años de antigüedad al material recién extraído, unas pulidoras gigantes, con cepillos de fibra adiamantada, hacen lo propio en placas de mayor tamaño, impensables en cualquier otro centro de producción.
Las pulidoras logran placas de hasta un metro de ancho por tres metros de largo con acabados que apomazan la piedra, la vuelven antideslizante, rugosa o de textura especial.
Los pioneros en el uso de pizarra a la carta se muestran orgullosos de que el material que lleva extrayéndose en Bernardos desde hace siglos, siga coronando edificios emblemáticos del mundo; desde Estados Unidos a Suiza, pasando por los Alpes para llegar a Francia, Andorra y buena parte del norte de Europa.
Continúan, sobre la innovación, una tradición histórica que situó las pizarras de Bernardos en lo alto del Monasterio del Escorial, en el Palacio Real de Madrid o en las arquitecturas más emblemáticas del Patrimonio Nacional, porque la pizarra de Bernardos, en bruto, siempre tuvo fama de ser una excelente piedra, con unas características físico-mecánicas que la asemejan a la cuarcita: potente, con un brillo singular, mejor dureza, mayor resistencia y sonido a metal.
«La pizarra de Bernardos es muy dura y tiene un coeficiente de exfoliación que permite hacer más tipos de bloques, pero sin esta tecnología, a base de discos cortadores, centrifugadoras y pulidoras adaptadas con cepillos especiales, no se podría obtener el máximo aprovechamiento de cada bloque de las canteras; esa es nuestra baza», señala su director David Bernardos, apasionado del material y sus usos y defensor de l I+D+i.
«En vez de exfoliar mecánicamente, como se suele hacer para la pizarra de cubiertas, lo que estamos especializados es en cortar la pizarra como si fuera mármol o granito y, a partir de ahí, dar diferentes acabados», señala.
«Envejecidos, flameados y combinaciones de todo ello, ha permitido multiplicar las referencias y ampliar el catálogo», señalan. Gracias a lo cual, el 80% de su producción se destina al mercado exterior. «En un momento en el que la obra nacional ha bajado mucho, el mercado exterior nos ha permitido crecer y asentarnos», subrayan.
www.elmundo.es – 06/05/2014